
La agricultura convencional que promueve la excesiva labranza ocasiona la pérdida de materia orgánica de la tierra, reduce la capacidad de infiltración del agua debido a la disminución de la porosidad superficial y ocasiona escorrentía (desperdicio del flujo de agua), dando como resultado suelos degradados que pierden constantemente su escasa fertilidad.
Bruno Stiward Burga Guambiango, estudiante de Ingeniería Agropecuaria, a través de su trabajo de titulación propone incorporar la agricultura de conservación para ayudar a la estabilización del terreno, al reducir la erosión producida por el viento y el agua.
Con la técnica agraria de conservación, denominada “labranza cero”, la siembra se realiza directamente en el terreno, sin necesidad de removerlo o eliminar el rastrojo que lo cubre (restos de tallos y hojas), lo que proporciona cosechas más nutridas, abundantes y ahorro en la preparación de la tierra antes del cultivo.
Los resultados al aplicar este modelo se obtienen a largo plazo (aproximadamente en cinco años), porque el suelo debe recuperarse para incrementar su rentabilidad.
La Universidad Técnica del Norte forma profesionales comprometidos con el desarrollo sostenible del país.